Hoy la habitación de Damien se había convertido en el refugio del frío de dos enamorados. Mel reía a carcajada limpia, Damien la estaba matando a cosquillas. Aprovechando que estaba distraída, el muchacho metió la mano por el pantalón de Mel.
- Cómo no, lacitos - se quejó, mientras jugueteaba con las braguitas de Mel.
- Estás obsesionado con los lazos de mis bragas... Pero seguro que te ponen.
- Bueno si me ponen... - el chico sonrió. Toda ella le volvía loco.
Damien se levantó y empujó a Mel hacia la pared. Mel sonreía, él decía que le daba morbo. La aprisionó, se dejó de pamplinas y empezó a jugar con toda ella. Mel se estremecía con cada caricia, cada suspiro, cada beso. Se comieron el uno al otro hasta llegar al borde del empache. Respiraciones alteradas, corazones desenfrenados, sonrisas picaronas. Dos cuerpos hechos uno en cuestión de segundos.
Con todo, el frío se había esfumado.
6 comentarios:
Como no! Que el amor se vive plenamente
TOMA!
me recuerda tanto a mí!
a lo que fuimos...
A pesar de ello, creo que solo son esos momentos los que echo de menos. El resto para mí fue falso y banal..
Ahora estoy esperando a que alguien juegue de nuevo con los lacitos lilas... Sí, yo también tengo de lacitos!
un beso y me encantaaa!
Vaya subidón de temperatura. Muás
Me conozco,y se que me encantará leerte día tras día,¿la solucion?te sigo
mágico blog
besos =)
mucha temperatura para tanto frio =)
muy chulo!! jejeje :)) tienes un premio en el blog del pez y el lobo :)) un besote!! :)))
Publicar un comentario